viernes, 10 de octubre de 2014

La gran historia de Ocotlán.

La gran historia de lo que pasó en Ocotlán.


Por la mañana del domingo 3 de octubre del año de 1847, se convocó a la comunidad a participar en la Santa Misa por ser el día del Señor, y para pedir por los muertos del terremoto que sucedió el día anterior en este pueblo.
 
Había más de dos mil personas presentes en el atrio de la capilla de La Purísima esperando participar de la Santa Misa, que seria presidida por el Pbro. Julián Navarro, vicario parroquial de la comunidad. Antes de iniciar la celebración, hacia el noroeste del cielo de Ocotlán comenzaron a unirse dos nubes, y en medio de ellas se inició la visión de la imagen perfecta de Jesucristo, hecho que conmovió a los presentes, y demás personas que se encontraban en rancherías cercanas. La gente espantada pedía a gritos “Misericordia al Señor”. Entre los fieles también se encontraba el Sr. Cura Julián Martin del Campo, párroco de la comunidad; a este hecho histórico se le conoce como “El Prodigio de Ocotlán”.
 
Al día siguiente 4 de octubre, el párroco Martin del Campo, envió una carta al Sr. Obispo Don Diego Aranda y Carpinteiro manifestando lo ocurrido los dos días anteriores, el temblor y lo más importante, la aparición de Jesucristo en el cielo del pueblo.
 
Las primeras reacciones de la autoridad eclesiástica fue tomar testimonio de los más fieles que se pudiera para tener pruebas de la manifestación del día 3 de octubre, y así ocurrió, veintinueve fieles juraron haber visto la imagen de Jesucristo en un par de nubes en el cielo de la población.
 
Siguieron las investigaciones y al cumplirse los 50 años del Prodigio de Ocotlán en 1897, se reunieron 25 testimonios más, de las personas más longevas de la comunidad para darle mayor seriedad a la investigación, y fue hasta el 29 de septiembre de 1911 cuando el Arzobispo don José de Jesús Ortiz aprobó el hecho histórico de la Aparición de Jesucristo, y como muestra de gratitud ordenó que se hiciera un Juramento cada año en presencia del Santísimo Sacramento, en el que se comprometieran a celebrar con el mayor esplendor cada año las festividades de la Aparición.
 
 
La piedad popular llamó a este Cristo como el Señor de la Misericordia, y en 1912 se mando elaborar con el artista Antonio Robledo una escultura de Jesucristo Crucificado, hecho en madera de colorín y la cruz de cedro, la  imagen fue colocada solemnemente  en su retablo el 2 de octubre de 1912.




 Mural que recuerda la aparición del Señor de la Misericordia, autor David Cardona .




En 1875 se bendijo y se consagro el nuevo templo ya dedicado al Señor de la Misericordia, durante esos años se veneraba una pintura al oleo, elaborada durante la aparición del Señor Jesucristo en 1847 por un artista anónimo, y hasta el 2 de octubre de 1912 se recibió con solemnidad la nueva imagen hecha por el artesano Antonio Robledo, esculpida en madera de colorín y su cruz de cedro. 

 
  Primer imagen en venerarse, pintada al oleo durante la aparición.



 Imagen que se venera actualmente, elaborada por el Sr. Antonio Robledo.



En 1912 iniciaron oficialmente las festividades en su honor, para conmemorar el hecho del Prodigio. Actualmente la fiesta dura trece días iniciando el 20 de septiembre con la “Entrada de los Gremios y la Música” y la renovación del Juramento al llegar los peregrinos al Santuario. Cada día de la fiesta  es la responsabilidad de los Gremios, quienes son agrupaciones que se encargan de adornar diariamente el templo con composturas y flores naturales, y por la noche la quema del castillo.


Parroquia del Señor de la Misericordia (hoy en día)

Fuente:
Puga, Roberto & Brambila, J. Jesús (2014) El Milagro del Prodigio. www.elprodigiodeocotlan.org Recuperado el día 10 de octure de 2014 de http://elprodigiodeocotlan.jimdo.com/que-es-el-prodigio/

1 comentario:

  1. me pueden informar que fue lo que paso cuando trataron de mover el senor de la mirericordia cuando querian remodeler la iglesia y en que fecha con detalles por favor? si alguna persona sabe la historia? se lo agradeceria.
    muchas gracias.

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